Ricardo Hempel Holzapfel (87), es reconocido como uno de los arquitectos emblemáticos de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío-Bío, además de ser uno de los referentes de la construcción y desarrollo en madera, por lo cual ha sido ampliamente premiado en los más de sesenta años de carrera. 

Vida y familia

Nació el 7 de enero de 1932 en Valdivia, pero a los pocos meses sus padres migran a Concepción por el traslado de trabajo de su papá, quien se desempeñaba en la empresa alemana Siemens. “Me siento netamente penquista y no valdiviano, aunque parte de mi familia materna es emblemática de esa zona, mi abuelo materno (Clemente Holzapfel) fue uno de los fundadores de Pucón, y uno de sus hijos (Carlos Holzapfel) el primer alcalde”, detalla con parsimonia y un tanto cauto de su historia, en su oficina ubicada en la Facultad.

Estudió arquitectura en la Universidad de Chile, en Santiago, de donde se tituló en 1957, pasión que cuenta comenzó a temprana edad, “en mí hogar no había ningún arquitecto, ni otro profesional afín para tener como referente, pero desde el colegio recuerdo que me entusiasmaba dibujar casas y edificios”.

En el año 1963, a sus 31 años, se casa con la periodista Annemarie Maack Möller, quien desde el año 1994 al 2006 también formó parte de la UBB, al aceptar la propuesta del rector de la época, Roberto Goycoolea, de hacerse cargo de la, aquél entonces, Dirección de Extensión, Comunicaciones y Relaciones Públicas. Fruto de esta relación nacen tres hijas, Andrea, Claudia y Verena. “Con Annemarie pertenecíamos al mismo círculo de amistades, nos conocimos mucho antes de formalizar nuestra relación”.

El matrimonio se instaló en un edificio de la calle diagonal Pedro Aguirre Cerda, en Concepción, que el propio arquitecto proyectó y que estaba recién terminado, “fue especial eso, ahí estuvimos viviendo diez años, hasta que se nos hizo pequeño. Ahora ese departamento le pertenece a la académica de la Facultad, Cecilia Poblete. Luego nos mudamos al terreno de mis padres en Barrio Universitario, donde pasé mi infancia. Ellos se fueron a vivir a una vivienda que proyecté en el terreno de abajo y nosotros en la casa principal ubicada en una loma, pero debido a la inseguridad del sector nos trasladamos, hace cerca de diez años, a un departamento a San Pedro de la Paz”.

Comenta además que una de sus hijas estudió arquitectura en la UBB y ahora es la directora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Concepción, “se fue a la competencia” (ríe). Esto le ha permitido tener una relación más estrecha con ella, por la temática común.

Como tradición familiar relata que todos los veranos junto a sus hijas viajaban a Pucón. “Eran los años 50, a las 7 de la mañana se tomaba el tren en Concepción con dirección a Loncoche, de ahí otro hasta Villarrica y luego a Pucón en Bus. A eso de las 19 horas se llegaba a destino, todo el viaje en tren era atractivo y mucho más cómodo”, manifiesta.

Ingreso a la academia

En 1972 ingresa a la Universidad Técnica del Estado, actual Universidad del Bío-Bío, siendo uno de los arquitectos insignes de la Facultad, y donde se mantiene hasta la actualidad como profesor titular, asistente técnico para proyectos universitarios y director del Magíster en Construcción en Madera.

Cuenta Hempel que debido al escenario político adverso de la época, la oficina de arquitectura que mantenía no tenía tanto trabajo, así que por eso toma la decisión de entrar a la academia. “Inicialmente pensé que me quedaría sólo momentáneamente hasta que se arreglara el panorama, pero finalmente me fui encantando y me quedé a tiempo complejo, la oficina la mantuve hasta hace 5 años atrás aproximadamente. Era complejo tener ambas cosas, pues estaba hasta las 18 horas acá en la Universidad y luego hasta las 21 horas en la oficina”.

Meta pendiente

Hablar de Hempel es pensar en madera, su trayectoria está marcada por la difusión, desarrollo y proyección en este noble material, transformándose en un referente al respecto, a su haber tiene la población CAP, con más de ciento treinta casas en madera; la Población Villa Acero, con ciento ochenta casas también en madera; el loteo Lonco Oriente, con más de cincuenta casas, la mayoría en madera; la pasarela del Duoc UC, proyecto Fondef realizado en madera, y así un largo etcétera.

El vínculo a la madera se da porque la Universidad tenía un Departamento de Madera, “había una planta de elaboración, un aserradero, más todo el aparataje con que contaba la universidad, lo que me ayudó a potenciar aquello”.

Una de sus metas pendientes y que menciona con nostalgia, es el no haber podido construir, dentro de la Universidad, que reconoce como su segundo hogar, un edificio en madera, “hubiese sido bonito eso, insistimos mucho, pero no hemos tenido éxito, hay otro criterio… así que creo que no será posible. Uno de mis objetivos es quitar ese sesgo de la madera como material transitorio, en Europa se estima que la madera es el gran material de construcción y está desplazando al hormigón”.

Amante de altamar

Reconoce estar en una edad en donde ha tenido que abandonar ciertos pasatiempos. “Era yatista, fue mi pasión por más de veinte años, pero luego del terremoto del 2010 lo dejé, pues estábamos anclados en la Base Naval de Talcahuano, así que lo que estaba en bodega se perdió y el yate tuvo daños menores. Gracias a esto participé dos veces en la Regata de Chiloé, el 2000 y el 2004, donde se tardaban una semana, sólo en llegar, con una tripulación de cuatro personas”. Pasión que no recuerda específicamente cómo nació, pero se dio ya siendo profesional. Practicaba todos los fines de semana, recorriendo hasta Dichato, sin mayores problemas más que por falta de viento quedarse a la deriva un par de horas. Actualmente tiene un velero pequeño.

Reconoce que el tener ascendencia alemana le ha permitido lograr múltiples contactos, además como director del Magíster pudo gestionar viajes con los alumnos a Alemania, Austria y Suiza, donde además de director va como traductor, ya que los académicos dictan clases en alemán y sólo algunos en inglés. “El mayor desarrollo de la madera se da en esos países y Escandinavia, lo que me ha ayudado a potenciar el magíster y mi investigación”, menciona.

Estuvo en diferentes etapas de la Universidad, aceptó una serie de cargos administrativos, siendo director de Escuela, decano durante 16 años y hoy director del Magíster en Construcción en Madera. Además comenta que está con dos proyectos, dando asistencia técnica, a través del Centro de Investigación en Tecnologías de la Construcción, Citec, uno en Talcahuano con 140 departamentos de hormigón y madera, y en San Rafael, Talca, con 40 casas en madera los que se concretarían este año. Por lo que reconoce, un tanto con pesar, que culminado eso dejaría la UBB, “Hay que darle paso a las nuevas generaciones, uno ya ha cumplido su etapa, estoy orgulloso de haber contribuido tanto a la UBB. El futuro no está decidido, igual dejar la Universidad es replantearse qué hacer fuera, quizá me dedique a jugar golf como mi padre o siga con el velerismo”, (sonríe).