En el tranquilo escenario universitario de Chillán, nos adentramos en la historia de una figura que ha dejado una marca imborrable en la Universidad del Bío-Bío. Don Disandén Riquelme, un nombre que resonará en los pasillos de esta institución por generaciones, ha compartido con nosotros su viaje a través de 43 años de dedicación y compromiso con la educación y la comunidad universitaria.

Inicios en la Universidad de Chile y la Transformación

“Don Disandén ingresó a la Universidad el 01 de septiembre de 1980, cuando ésta era Universidad de Chile,” relata con nostalgia. Nos guía a través de los cambios y desafíos que ha experimentado la institución a lo largo de los años, desde su paso por el IPROCH (Instituto Profesional de Chillán) hasta llegar a la actual Universidad del Bío-Bío. Su vínculo con la Facultad de Educación y Humanidades ha sido un pilar constante en esta travesía.

Una Labor que Trasciende el Tiempo

“Se desempeñó como Auxiliar de la Facultad de Educación y Humanidades durante 43 años,” compartimos con el Sr. Riquelme, a lo que él asiente con orgullo. Su labor ha sido más que una simple ocupación; ha sido un cimiento en la logística educativa que ha respaldado tanto al personal administrativo como a la comunidad académica. “Mi labor en la central de apuntes constituyó un gran apoyo,” explica, “tanto para el personal administrativo como para la labor académica de docentes y estudiantes.”

Recuerdos que Perduran

“En estos 43 años, he sido testigo de los diferentes cambios que la Universidad ha vivido,” reflexiona. A medida que nos sumergimos en sus memorias, emerge una imagen vívida de cómo la Universidad ha evolucionado a lo largo del tiempo. Don Disandén subraya la importancia de la cooperación y el respeto mutuo en el camino hacia el crecimiento y el progreso. “Creo que entre los factores que permitirán el avance y el crecimiento necesario para nuestra UBB, está la preocupación por el exitoso desarrollo educativo y profesional de sus estudiantes,” destaca.

El Legado de un Servidor Universitario

“Me voy con gratos recuerdos,” comparte el Sr. Riquelme, “tanto de académicos, administrativos y estudiantes, que con su alegría mejoraron las tareas cotidianas.” En sus palabras finales, agradece a la Universidad por la oportunidad de servir y por el apoyo brindado en su extensa trayectoria. Mientras se despide de su “segundo hogar,” sus sentimientos son una mezcla de felicidad y tristeza.

El Testimonio de la Decana: Un Hombre de Contribuciones Invaluables

Hablamos también con la Srta. Fancy Castro Rubilar, Decana de la Facultad de Educación y Humanidades, para obtener su perspectiva sobre el impacto de Don Disandén Riquelme en la institución. La Decana resalta su disposición para colaborar en diversas tareas y su actitud jovial y responsable. “De una persona jovial, atenta y muy responsable en su trabajo,” describe.

Un Patrimonio de Conocimiento y Experiencia

“El Sr. Riquelme se ha desarrollado en distintas tareas en la Facultad de Educación y Humanidades,” enfatiza la Decana. Su presencia se ha convertido en un testimonio invaluable del crecimiento y los cambios experimentados por la Universidad. Su capacidad para aportar en diversas áreas ha sido un activo fundamental para la Facultad.

La historia de Don Disandén Riquelme es un recordatorio de que los pilares en los que se sustenta una institución no son solo estructuras físicas, sino también las personas que dedican su tiempo y esfuerzo. Su legado perdurará en la Universidad del Bío-Bío, inspirando a las generaciones futuras a servir con pasión y compromiso.